martes, 7 de abril de 2015

Recetas para padres VI (El País). Internet y los robatiempos Por: Susana Pérez de Pablos. (02 de septiembre de 2013)

INTERNET

El uso de Internet para el estudio es difícil de controlar. La realidad es que los niños asocian más la red con el juego o con hablar con sus amigos que con el estudio. Aunque cada vez está más instaurado su uso en clase, y también para el estudio en casa. Pero si no se utiliza de forma adecuada en el hogar se pierde su control y el niño se puede pasar horas ante el ordenador sin que sepamos bien si está estudiando o no.
Lo realmente positivo es que el hecho de que las tecnologías les resulten tan cercanas a los alumnos es muy bueno para motivarles al aprendizaje, bien usado. Los especialistas insisten en la importancia de encauzar este tema de forma adecuada desde el principio, desde que son pequeños, porque, si se deja, a los 13 años será más difícil (en muchos casos, será ya imposible) llegar a un acuerdo con ellos sobre las pautas para el uso de las tecnologías en casa, sobre todo en el tiempo que deben dedicar al estudio.

Para los alumnos de hoy en día las tecnologías son como una extensión de sus sentidos. No conciben un mundo sin ellas y las han aprendido sin querer, de forma automática, las usan como un adulto conduce un coche porque ya sabe hacerlo, no es consciente de lo que hace. Muchos padres actuales ya forman parte de las generaciones que crecieron con el mundo de la tecnología, pero quizás no tantos han nacido ya cuando casi todo el mundo lleva un móvil (y mucha gente, una tableta) encima. Sus hijos sí. Este mundo ha cambiado y no nos quepa duda de que seguirá cambiando de forma permanente a una velocidad de vértigo. De ahí la importancia de establecer pautas y límites.
La rapidez y la interactividad son los valores más atrayentes para los niños y jóvenes. Por eso hay que animarles a que usen las bondades de Internet para buscar información que les permita complementar sus trabajos, mejorarlos, o para despertar su curiosidad sobre lugares o actividades que tienen lugar en otras partes del mundo. Y es bueno sentarse con ellos a mirarlo un rato, de forma periódica, cada ciertos días o los fines de semana (si no se puede de diario), desde que son pequeños. Que el niño lo vea como un hábito y que además disfrute de ese rato en el que le prestamos toda nuestra atención. En cuanto a los aspectos a vigilar, uno de ellos es que al niño le quede claro que el lenguaje críptico que se usa en los mensajes de los móviles o de los correos electrónicos no lo puede usar para trabajos escolares ni lo podrá usar en su futuro laboral para ningún papel que tenga que escribir ni para escribir un currículo para pedir un empleo. Y, claro está, que es vital la ortografía.
Otra cuestión son los llamados robatiempos: videoconsolas, televisión... Los jóvenes están cada vez más interesados en el mundo que se les abre por Internet (a través de cada vez más soportes: sus portátiles, tabletas, teléfonos inteligentes...), como el de los vídeos a través de Youtube o de los videojuegos por la red (mucho más ya que por sentarse frente al televisor), pero, aparte de éstos entretenimientos, otros aparatos contribuyen a aumentar el tiempo que dedican desde bastante pequeños a estos juegos.
Los expertos aconsejan controlar el tiempo que dedican los niños a estos entretenimientos al menos desde los ocho años, como decía antes. Conviene acostumbrales a que hay unas pautas establecidas sobre su uso para que asuman de forma natural la existencia de límites puestos por los padres. Se suele recomendar a los progenitores que pongan un tope, un horario límite, para el uso de estos robatiempos, y siempre tras haber cumplido con el tiempo de estudio. Y advierten que o se mantienen estrictos con lo pactado o no va servir de nada,ese límite que habían puesto se romperá para siempre.

También es positivo poner una edad al acceso y de los niños a las tecnologías. La de poder usar las de las personas mayores de la familia y también la de tener móvil propio o tableta propia, por ejemplo. Y conviene decírselo a los hijos para que lo tengan presente y sepan que esas son las reglas en la casa. Cuando los niños son pequeños se recomienda que los padres estén presentes cuando usan el móvil o la tableta. No dejársela para que se la lleve a su cuarto, porque de esa forma se descontrola su uso.